SITUACIÓN

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Esta
localidad se encuentra en una zona de transición entre la Serranía y la Mancha. La
Almarcha se encuentra situada en la comarca de la Manchuela,
provincia de Cuenca. Se encuentra en una zona de transición entre la
serranía y la mancha a una altitud de más de 800 m.
Su clima es mediterraneo frío y esto crea grandes
oscilaciones térmicas, siendo la temperatura media de unos 13º C y
llegando a rozar los 40º C en verano y bajando a temperaturas de bajo
cero en los meses de invierno.
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HISTORIA
El nombre de Almarcha tiene su origen en el vocablo árabe
"al-march" que significa poblado situado en valle o vega. Pero
según estudios y restos encontrados, los primeros moradores de las tierras
donde se encuentra aposentada actualmente la Almarcha fueron los
hombres del paleolítico. Aunque éstos eran nómadas, durante el neolítico se
hicieron sedentarios y pasaron a ser los primeros habitantes de estas
tierras. Desde entonces estas comarcas han visto como se sucedían las
civilizaciones celtíbera, visigoda, árabe y cristiana.
Según estudios y restos encontrados, los
primeros moradores de estas tierras fueron hombres del neolítico. Desde
entonces estas comarcas han visto cómo se sucedían las civilizaciones
celtíberas, visigoda, árabe y cristiana. Del periodo romano, en la zona de
“Los Villares”, se han encontrado pesas romanas, trozos de vasijas, etc y
un puente romano. Destaca la iglesia
Parroquial de la Asunción,
del s. XVI-XVII, construcción noble, con mucho movimiento de líneas al
exterior por la abundancia de cuerpos salientes y tejados a distintas
alturas, de mampostería con bastantes quebrantos y sillería en zócalos,
parte de las cornisas y ventanas. Poderosa torre a los pies, de dos
cuerpos. Puerta del lado sur adintelada; la principal, al norte, bajo
poderoso arco de triunfo, adintelada, sin más ornamentación que algunos
casetones de sillería sencilla y hornacina avenerada.
El poblado romano resistió durante la
época visigoda pero fue arrasado por los musulmanes incendiando el poblado
y creando uno nuevo en lo que es ahora el enclave actual. Los musulmanes
crearon varias fortalezas en estas tierras para defenderse como los
castillos de Alarcón, Cuenca, Uclés ... de este último es al que pertenece
en estos tiempos la
Almarcha.

Al entregar Almutamid de Sevilla, en 1091, como dote a la
princesa Zaida para casarse con Alfonso VI, los castillos de Cuenca,
Uclés... y en consecuencia la
Almarcha pasan a ser zona cristiana. Esto no fue por
mucho tiempo, pues en 1109 tras la derrota sufrida por las tropas
cristianas en la batalla de "los siete condes", estos territorios
vuelven a ser árabes hasta su reconquista definitiva en 1177 por el Rey
Alfonso VIII.
A escasos dos kilómetros de la Almarcha
se encuentra el castillos de Garci-Muñoz, al cual perteneció la Almarcha
desde que el rey Alfonso XI lo hiciera villa. Esto suponía tener que
pagarle los impuestos y tributos según se disponía. Pero no todo eran
desventajas, gozó de uno de
los privilegios que los reyes dieron al castillo y era el de no tener que
pagar los comerciantes de la
Almarcha ningún tributo por circular con sus mercaderías
por los reinos de Castilla y de León.
Durante el reinado de Juan II, la
almarcha pertenecía al marquesado de Villena, y se vivieron los
enfrentamientos entre el segundo Marqués de Villena y Jorge Manrique, señor
de Belmontejo, pues el primero luchaba a favor de Juana la Beltraneja y el
segundo a favor de Isabel la Católica. En una de estas batallas murió Jorge
Manrique al intentar asaltar el castillo de Garci-Muñoz.
Mariana de Austria, gobernadora del
reino desde la muerte de su esposo Felipe IV, dió el título de villa libre
al pueblo de la
Almarcha. Protestando el Castillo por este decreto se
creó un litigio que duró 15 años hasta que el 15 de febrero de 1687 se
confirmó el decreto de villazgo para la Almarcha.
FIESTAS RELIGIOSAS
La gran mayoría de las fiestas que se
celebraban y se celebran tienen como base la religión. Son fiestas en las
que bien se celebran acontecimientos religiosos (Jueves Lardero, Domingo de
Resurrección ...) o bien son para celebrar los días de los Santos a los que
se tiene una devoción especial.
San Antón
Se celebra el 17 de Enero, día de San
Antonio Abad. En la víspera de este día por la noche y a la señal de un
repique de campanas se encendían las hogueras (luminarias), confeccionadas
con leña, paja y cualquier cosa que pueda arder. Éstas iban ardiendo al
tiempo que se comían los tostones (garbanzos, trigo y cañamones tostados) y
se bailaba entorno a las hogueras.
Cuando las luminarias familiares se
iban apagando, los más jóvenes se iban reuniendo en las más grandes y allí
continuaban bailando y cantando.
Al día siguiente se hacía una misa en
honor de San Antón y después se hacía una procesión desde la iglesia a la
ermita de San Antón a la que se le daban tres vueltas. Posteriormente a
esto, se bendecían a los animales adornados para la ocasión con sus mejores
galas.
Esta fiesta ha desaparecido
prácticamente, pues los caballos, mulas, yeguas ... que eran la antigua
"maquinaria" de trabajo en el campo han desaparecido casi en
totalidad.
GASTRONOMÍA
La gastronomía de La Almarcha tiene muchos
elementos en común con los demás pueblos de las provincias manchegas como
su origen rural, la calidad de sus materias primas, el respeto a las
tradiciones ...
Así gazpachos, codero y carne de caza
son preparadas en infinidad de platos. Pero también se pueden encontrar
platos autóctonos y únicos que hace que la cocina almarcheña y conquense en
general, tenga su propia personalidad. Entre los platos típicos podemos
encontrar:
Las sartenes que hay en las
descripciones de los platos te mostrarán la receta para poder confeccionar
los mismos.
Morteruelo. A base de hígado de cerdo,
carne de gallina y/o caza, (perdiz, liebre, codorniz, conejo ...), nueces,
clavo y canela, es quizás la más apreciada y conocida de las especialidades
conquenses.
Zarajos. Plato consistente en tripas de
cordero asadas al horno de leña tras ser enrolladas en una ramita de
sarmiento.
Atascaburras. Ajoarriero o Ajo-Atau. Una
especie de paté formado por una deliciosa mezcla de patatas, bacalao, pan
rallado y huevos cocidos, con una pizca de ajo y otra de aceite, todo ello
perfectamente batido de forma que no haya ningún trozo sólido. Debe comerse
a temperatura ambiente, ni caliente ni frío..
Cordero Asado. En trozos grandes
(pierna) al horno o en pequeñas chuletas (preferibles las de lechal),a la
plancha, aunque la mejor forma de prepararlas es el sarmiento, sistema que
utilizan muy contados restaurantes. Pese a su sencilla elaboración, suele
ser un plato muy sabroso.
Cordero a la Caldereta. La
carne se corta en trozos y se pone al
fuego en un recipiente de barro, en el que previamente se ha situado un
sofrito de tomate, cebolla, ajos y laurel. Con todo ello se ha preparado ya
n sabroso guiso que debe estar en cocción durante una hora, tiempo que se
calcula necesario para estar punto.
Es un plato fuerte y algo pesado.
Judías Blancas con Perdiz y Pintas con
Oreja. De las muy diversas legumbres que pueden encontrarse n la cocina
conquense, la más auténtica y deliciosa es la que tiene por base las
judías, que se ofrecen en dos combinaciones, ambas con sus ardientes
partidarios: las blancas, con perdiz, son más exquisitas y finas, pero las
pintas con oreja (y quizá chorizo) responden mejor a la tradición y suelen
dar un espléndido resultado gastronómico.
Mata-Hambre. A una tortilla de patatas
se le añade agua y el resultado de haber machacado ajos, cominos y azafrán.
Se deja hervir y ya esta listo para ser comido.
Pisto Manchego. Sabrosa mezcla de
diversos elementos vegetales al gusto: pimiento, tomate, calabacín y
cebolla, cortados en trocitos pequeños y bien rociados de aceite, ajo
picado y sal. El sabor propio se obtiene poniéndolo todo al fuego en
cazuela de barro, utensilio en el que debe servirse para conservar el
gusto.

Gachas. Esta comida se hace con harina
de almortas o guijas. La guija es una legumbre semejante al haba, pero más
pequeña. Se utiliza mucho como alimento de los animales; en otros lugares
se le llama almortas.
Setas a la Plancha. De cardo
o de cultivo, se encuentran todo el año. Su mejor y más apropiado sabor se
obtiene preparándolas a la plancha, con unos ingredientes muy elementales
(aceite y sal); pese a la sencillez de la preparación, el resultado es
excelente.
Gazpacho Manchego. Unas tortas
especiales son desmenuzadas y puestas en una sartén en la que previamente
se ha preparado aceite con ajo. Tras los trozos de la torta se añade liebre
o conejo de campo, setas y hongos, tomillo, romero, laurel y, según las
preferencias del cocinero, trocitos de jamón y pimiento.
El sabor depende del tiempo que esté al
fuego y del momento elegido para retirar la sartén en su justo punto para
que el plato no esté demasiado seco ni excesivamente caldoso.
Gazpacho Pastor o Serrano. La
apariencia es de una tortilla de patatas, producto que forma la base del
plato, pero no con huevo, sino con unas tortas de cenceña, a las que además
se añade carne de liebre y gallina, muy picada y, como aderezos, sal,
pimentón y pimienta. Todo ello, bien amasado, se prepara en forma de
tortilla, a la que se añaden uvas o aceitunas.
Migas Ruleras. El más rural de todos
los platos, difícil de encontrar en los restaurantes convencionales.
Las migas son trocitos de pan dorado al
fuego sin aceite; luego se añaden torreznos de cerdo, ajo, y , según los
gustos, asadura, chorizo y pimiento frito. Todo ello debe quedar muy suelto
y el resultado es muy estimulante, sobre todo por lo difícil que resulta ya
encontrarlo en las cartas gastronómicas.
Moje. Plato frío, de la familia de las
ensaladas. La base la forma tomate en conserva; se le añaden trozos de
pimiento verde y morrón, cebolla, huevo cocido, migas de atún y aceitunas
negras, regado todo con bastante aceite y algo de vinagre, además de sal al
gusto del consumidor.
DULCES
Alajú. Postre rey de las mesas conquenses
-a base de almendras, miel e higos, todo ello envuelto en una oblea, que
acompañado del resoli, licor típico de la zona, compone un verdadero
"regalo de los dioses".
Torrijas. Se encuentran sólo durante
Semana Santa; su ingrediente principal es el pan cortado en rebanadas; las
torrijas se pueden preparar de leche o de vino, según preferencias del
consumidor.
Miel con Queso. El queso debe ser,
naturalmente, manchego auténtico, cortado en lonchas y la miel, por
supuesto, de la Alcarria
o la Sierra
de Cuenca, extendida en fina capa sobre el queso.
Puches. Harina hervida en agua con
azúcar o miel con unos chicharrones de pan frito.
BEBIDAS
Resoli. Licor típico de la zona a base
de café, coñac, cáscaras de naranja, etc.
Vinos. Los vinos apropiados para una
comida en Cuenca tienen que ser necesariamente los de la Mancha,
vinos suaves y ligeros, de
pocos grados, muy fáciles de asimiliar y digestivos.
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